

La semana pasada empezamos a recorrer los espacios que recibirán las donaciones de la novena edición de Actitud Solidaria que haremos el próximo sábado 10 de junio. Pasamos por el CEC 803 de Quequén donde nos recibió Francisco Zubillaga y por la casa de Solidaridad en Marcha donde estaba Mónica Cepeda.
Hoy fue el turno del Comedor Puente Colgante, hasta donde se acercó Leandro Torcianti para ser recibido por Delia Gentile, la principal responsable del espacio que es su casa y desde 1994 asiste a cientos de familias de Necochea y Quequén.
Le dedicó los últimos 29 de sus 72 años a brindar un servicio a su comunidad que tanto la necesita. El comedor está en 576 entre 519 y 521, a solo dos cuadras del Puente Colgante, uno de los sitios más icónicos de la ciudad por donde pasan a diario decenas de miles de personas.
En la charla dijo con toda seguridad que toda la vida trató de colaborar con los chicos y agregó que lo lleva en la sangre.
Sobre los inicios indicó que “las hermanas Canosianas cerraron el comedor en el barrio, consulté con mi familia y metimos el comedor en la cocina”, en ese momento “había 90 chicos”.
Sobre la actualidad Celia sumó que falta su marido que era el sostén y “por la pandemia ya no se podía juntar la gente, así que buscamos la mejor manera de poder seguir”, entonces encontraron la solución “entregando la vianda los jueves por la mañana”.
Consultada sobre cómo fue seguir con el comedor tras la muerte de su marido sentenció “no pensé en abandonar el proyecto porque lo llevo en la sangre, me mantiene concentrada” y “egoístamente esto me ayuda a mi salir adelante”.
También agregó que “siempre fui la ovejita negra de la familia porque estoy metida en todo, me pongo en el lugar de la otra persona, la que tiene hambre, que tiene frío, lo llevo en el alma”.
La responsable del Comedor Puente Colgante en la charla con Leandro Torcianti en el marco de Actitud Solidaria comentó que con su tarea se siente importante, “somos una familia grande, me siento la abuela de todos ellos, sé la necesidad que tienen cada uno” y “hay muchas familias que salieron adelante, esa es la mayor satisfacción, eso te da fuerzas y dejo de pensar las dificultades que tengo en mi vida”.
Hacia el final aportó que su sueño es “no ver más caras tristes, que nadie precise nada de nadie, que los chicos tengan un futuro, que estudien y tengan trabajo.”
Cerró dejando como mensaje para Actitud Solidaria: “Que traigan su paquetito, Dios se lo devuelve cuando menos lo espera”.