

Charlie López, periodista, charló sobre las frases más icónicas del lunfardo argentino junto a Nelson Castro y el equipo en Vamos Rivadavia.
El lunfardo es un producto de las lenguas de las corrientes inmigratorias de finales del siglo XIX y principios del XX y nace en el hacinamiento de los conventillos por la necesidad de comunicarse. Pero sería tiempo después que a este tipo de habla popular se lo conocería como “lunfardo”. El 5 de septiembre de 1953 aparece el libro “Lunfardía”, del escritor argentino José Gobello, que rescata ciertas palabras y convierte el lunfardo en hecho lingüístico. De ahí que todos los 5 de septiembre se celebra el día del lunfardo.
La palabra “lunfardo” tiene su origen en el gentilicio “lombardo”, término que llegó a ser sinónimo de ladrón porque los lombardos fueron, en el siglo XVIII, usureros y prestamistas, actividades por entonces impopulares. Con el tiempo, lombardo derivó en lunfardo. Sin embargo, más tarde se descubrió que el lunfardo era compartido por grandes sectores de la población y que, lejos de ser un código marginal, había sido incorporado a la vida cotidiana y difundido a través de expresiones artísticas como el tango o el sainete.
Aunque no de manera consciente, todos nos apoyamos en el lunfardo para comunicarnos. "Pibe", "macana", "chamuyo","laburo", "mina", "banquina", "guita", "trucho", "chabón" y "gil", son tan solo algunas de las palabras que el colectivo popular utiliza a diario.
Afanar: robar. Del antiguo español popular.
Biaba: paliza. Del italiano. Refería al alimento que se daba comer a los animales.
Bondi: colectivo. Del brasileñismo "bond", surge en Río de Janeiro en 1876 y su origen aludía al tranvía.
Chabón: tipo. Del español. Fórmula de tratamiento innominada de llamar a alguien. Contracción de chambón, que refiere a una persona poco hábil.
Changa: ocupación transitoria. Del español familiar, negocio de poca importancia.
Chamuyar: conversación, habla. Del caló, hablar. Habilidad para persuadir.
Facha: rostro. Del italiano "faccia".
Fiaca: desgano, pereza. Del italiano "fiacca".
Groso: importante, grande. Del portugués "grosso". Surge en Brasil en la década de 1980.
Guita: dinero, moneda. Del español popular.
Laburo: trabajo. Del italiano "lavoro".
Malandra: delincuente, mal viviente . Del español "malandrín".
Matina: mañana. Del italiano "mattina".
Mina: mujer, chica. Del italiano jergal.
Morfar: comer. Del italiano "morfa" (boca).
Pibe: niño, joven. Del italiano genovés "pivetto"; también del italiano jergal "pivello".
Pilcha: ropa. Del araucano "pilcha" (arruga).
Quía: persona. Del español "quídam", que significa "sujeto indeterminado, alguien de poca monta". Tomado del latín "quiddam".
Quilombo: lío, desorden. Africanismo. Del quimbundo: aldea. Se usaba en el Brasil del siglo XVII para darle nombre a las aldeas clandestinas que armaban los esclavos fugitivos. La palaba quilombo pasó al Río de la Plata primero con sentido de prostíbulo y luego como lío, desorden.
Trucho: falso, falto de calidad. Del español "trucha" (persona astuta).
Tuje: buena suerte. Del idish "tujes" (uno, cola humana).
Yeca: experiencia. Vesre de la palabra española "calle".
Yuta: policía. Del italiano, forma contracta de "yusta", y se trata de una rioplatenización de la palaba italiana "giusta". La giusta en Italia es quien lleva la justicia.