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lunes 21 de abril de 2025 - Edición Nº2328

Entrevistas | 16 abr 2025

ESTACION K2

El arte como conexión: Santiago Andersen de El Plan de la Mariposa

El músico y artista visual reflexiona sobre el arte como un puente entre lo personal y lo colectivo, fusionando música e imágenes para crear experiencias únicas


En el marco del Día del Arte, conversamos con Santiago Andersen, músico y artista visual de la banda El Plan de la Mariposa. Su obra abarca tanto la música como las artes visuales, siendo el creador de las imágenes que acompañan los discos de la banda. Una mirada única sobre esta conexión personal y colectiva.

-¿Qué significa para vos el arte?¿Cómo se complementan en tu vida la música y el diseño visual? Si tuvieras que trazar un paralelismo entre el violín y el pincel que similitudes encontras.

Santi Andersen: «Respecto de qué es el arte, no sé si es una pregunta que me haya hecho demasiado, creo que a esta altura cualquier cosa puede ser arte en la medida que se lo proponga, cualquier persona puede ser artista si tiene esa intención. Hay obras que es una banana pegada a la pared con cinta scotch y es una obra de arte, más allá de que me guste o no, me parece que como idea está bien el concepto de que cualquier artista es válido en sí mismo. Después pensando en el arte, me parece que me gusta cuando una canción, una pintura o lo que sea, te abre una ventana, una sensibilidad distinta de la propia y te permite eso, tiene el eco como de una emoción o de una forma de ver el mundo, eso creo que en general me atrae cuando es algo estimulante, cuando puede ser que te haga sentir bien o te haga sentir mal, pero que te conecte con eso, con la sensibilidad del que lo creó, sea que la estuviera pasando para el orto o que la estuviera pasando bien, que un poco te traiga algo de esa sensación.»

– ¿Qué aspectos visuales te parecen esenciales a la hora de construir la identidad de la banda?¿Cómo abordás el proceso de diseñar una portada de disco o un visual para un show en vivo?

 «Sobre cómo convivo entre la música, digamos, y la parte visual, son cosas que se complementan, que me gustan mucho las dos. A veces cuando tengo mucho trabajo de arte visual, me tengo que concentrar para no dejar de practicar violín, que es un instrumento como muy técnico. Así que sí, si me cuelgo mucho es como que después tener los dedos como un garrote, pero en sí son cosas que son complementarias y que me gustan mucho ambas y que son distintas también. Es como por ahí colgarse a pintar y eso es un mambo más de estar vos con vos mismo. Es como alguna construcción que hacemos entre todos que también es muy intensa. Respecto de cómo encaro un proceso creativo, en general es bastante colectivo, o sea, lo encaramos con la banda. Vamos primero escuchando las canciones y viendo como para qué lado nos lleva o qué imágenes nos dispara, así medio como libremente. Y de ahí corralándolo y tratando de generar algunas primeras imágenes de referencia y como para decir, esto podría ir por acá o por allá. A partir de ahí después sí yendo a algo como un poco más acabado, con una más terminación para que se vea bueno, pero en un principio hay toda una parte como conceptual que vamos haciendo entre todos y cuando más o menos ya lo tenemos, ahí hay que producir y me cuelgo a pintar un montón de tiempo y a generar muchas imágenes a partir de ese germen inicial, digamos».

– ¿Cuál es tu portada de disco favorita? ¿Cuál fue el diseño más desafiante que hiciste y por qué?

– «Mi portada preferida, no sé si tengo una, pero hay una que me gusta mucho que es de Pink Floyd, ‘Animals’. Es realidad es una foto, una imagen de una fábrica. Me parece bastante ocurrente porque el disco es una crítica así como a la miseria humana y pensando el hombre como un animal, lo retrataron como algo para nada natural como puede ser una fábrica. Esa tensión entre el título y la imagen me parece que está muy buena. Respecto de cuál fue la portada más desafiante, creo que la verdad que fue siempre desafiante. Cada vez que hicimos un disco, siempre es como algo que queda para siempre, no es como un afiche de una fecha o algo que pasa y un poco se puede llegar a olvidar. El disco queda ahí, así que siempre es un desafío y me genera un poco un estrés, pero también es un poco el combustible para encararlo y ponerle ganas y tratar de generar algo que tenga algo en común con lo anterior porque está bueno tener identidad, pero que también tenga algo que lo diferencie, entonces siempre es como un poco ese viaje entre diferenciar y la continuidad»

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