El triatleta Maximiliano Agostini, campeón provincial por cuarto año consecutivo en su categoría y destacándose en los máximos desafíos de la especialidad en el país, redobló la apuesta competitiva en este final de 2024 con la gran expectativa de medirse codo a codo con los mejores en el Mundial Ironman 70.3 se desarrollará en la ciudad de Taupō, en Nueva Zelanda, el 14 y 15 de diciembre.

Pero detrás de ese objetivo deportivo, ya de por sí complejo para preparar nada menos que 1,9 km de natación, 90 km de ciclismo, y 21,1 km de pedestrismo en el máximo nivel, hay otro más sinuoso y desgastante. Desde Barcelona, Agostini charló con TusRadios compartiendo su larga preparación, que incluye un cambio de vida fuera del país, proyectos sin doral y hasta ¡cruzarse con Franco Colapinto! en un inesperado momento viral en redes.

En esa aventura, no está ‘tirando solo’. Al viaje se sumó otro triatleta necochense, Juan Pablo Santoro, quien también tiene su ticket para el Mundial en Oceanía.  “La idea del viaje surgió ya hace como un año y medio.  Yo clasifique en octubre del año pasado (al Mundial) en Buenos Aires. Y Juan en abril de este año, creo en San Juan. Hicimos la temporada acá en Barcelona De socorristas en una playa acá a 30 kilómetros del centro de Barcelona. Acá viste es más fácil ahorrar y todo, y el viaje también es más corto así que se fue dando eso. Nos queda un mes más o menos para la carrera. El 6 de diciembre salimos para allá. Hacemos Amsterdam, después China y después China- Auckland. Ya tenemos reservado ahí una casa”.

En medio de esta preparación sumaron una competencia en Tanger, en Marruecos, hace un par de semanas, en la cual Agostini se aseguró además la clasificación al Mundial 70.3 de Marbella 2025.

Colapinto en el camino

Y el fin de semana pasado, sumando kilómetros de bicicleta, apareció Colapinto en la ruta. “La verdad con Colapinto fue increíble. Justo tengo una pareja de amigos que están viviendo en Mallorca y me invitaron unos días. Fui el viernes y el sábado fue que lo encontramos ahí, llegando al faro de Formentor. A un kilómetro de llegar vimos que había un auto con unas cámaras arriba, se ve que estaba haciendo una publicidad. Nosotros en un principio dijimos no es un ciclista “normal” o no sabíamos quién era. Lo alcanzamos y llegando, él recién llegaba y estaba sacándose una foto ahí con la cabra y charlaba con una chica, serían las productoras seguro. Enseguida fui al minuto, vi que me lo había dejado tranquilo y le digo Franco te venimos siguiendo desde Mallorca -porque ahí en mallorca estás como a no sé a 100 kilómetros-   ¿cómo sabían que estaba acá? No, le digo, ni idea justo casualidad, nos encontramos. Charlamos un rato, nos preguntó qué estábamos haciendo ahí, si vivíamos ahí yo bueno justo estaba con la pareja de amigos. Estuvimos charlando un rato ahí pero bueno no mucho más, sacamos una foto. Después él bajó, empezó a seguir andando en bicicleta y bueno medio que lo seguimos un poco y después él volvió otra vez al faro así que ahí lo perdimos pero estuvimos un ratito hablando la verdad que nada re buena onda el loco, una masa”.

"El objetivo máximo sería ser el mejor argentino"

Sobre el desafío en Nueva Zelanda, Agostini anticipó que: “La verdad que no sé porque no tengo parámetro de nada. Va mucha gente, es muy masivo, van de todo el mundo, calcular que los mejores amateurs del mundo van a estar ahí y hay gente que es amateur pero no tanto, entrenan casi como los profesionales pero bueno, nada, estar lo más adelante posible. El objetivo máximo sería ser el mejor argentino, pero bueno, está difícil, no es fácil hay chicos que van muy bien”.

El esfuerzo de la preparación deportiva y también detrás hay un cambio de vida, desde lo laboral: “El esfuerzo que estamos haciendo es terrible. Llegamos acá en junio, arrancó la temporada, hicimos cuatro meses acá entrenando de cuatro horas por día, más ocho horas, nueve de playa, todos los días. Además juntar el dinero para pagar el tema de las inscripciones, los viajes, ya por suerte cubrimos casi todos los gastos. Pero bueno, es lo que nos gusta. La idea también del viaje, de ir a Nueva Zelanda, porque después de ahí nos vamos a ir a trabajar a Australia, si todo sigue bien. Hacer seis meses allá, dependiendo de cómo esté el trabajo. Y bueno, después volveríamos acá para terminar el entrenamiento también para Marbella”.