Entrevistas | 7 nov 2024
TUS RADIOS
“No tenía ni idea de que en la Argentina producían reactores nucleares”
La estudiante Julieta Rodríguez, becada para conocer durante una semana el Instituto Balseiro, revivió su experiencia, lo aprendido e incentivó a otros a investigar y acompañar la divulgación científica en nuestro país
Comprendiendo la magnitud de un reactor nuclear que una foto no puede mostrar o la implicancia de la medicina nuclear que Wikipedia no logra bajar al lenguaje cotidiano, la estudiante Julieta Rodríguez aún continúa procesando su experiencia mientras lo replica ante cada oído dispuesto a escuchar
La estudiante del colegio Capuchinos obtuvo el primer puesto en un concurso de monografías organizado y coordinado por investigadores, docentes y estudiantes del Instituto Balserio de Bariloche. El premio, compartido con apenas otros 14 estudiantes de todo el país, fue un viaje de una semana, todo pago, para conocer las instalaciones, charlas y la oferta académica del instituto dependiente de la Comisión Nacional de Energía Atómica y la Universidad Nacional de Cuyo.
“No hubo ni de cerca un parecido de lo que te encontrás en internet cuando buscas, a lo que te chocas cuando llegas allá. Es totalmente distinto. Descolocada con cosas que no me imaginé primero que existían y segundo que me iba a tener en frente mío”, reflexionó entre las expectativas y la realidad de esos días que repasa a su regreso, charlando con TusRadios.
“Es distinto ver una foto de un reactor a estar parada al lado de la tapa del reactor. Todas las expectativas sobrepasadas”, advirtió. “Lo más loco que yo había visto enfrente mí era una cápsula de Petri, entonces cuando me encontré con el microscopio de barrera electrónica, el reactor, las máquinas, todo … primero no entendía lo que me hablaban y segundo estaba fascinada por todo lo que estaba viendo. Era increíble como ellos manejan un lenguaje que no estamos acostumbrados a nivel académico pero nos daban las charlas con la pauta de decirlo lo más sencillamente posible”, agregó sobre el encuentro con profesores y científicos. “El que te hablaba, te hablaba con interés. Te lo explicaba con una pasión por lo que te está contando que a pesar de que no le entendieras prestaba atención como si estuviese siguiendo el hilo de la conversación impecablemente”.
Y ahora la posta es que ella, y los que compartieron su experiencia, lo trasladen a otros chicos. “Llegué a contar a todo el mundo todo lo que podía. Las cosas que hacemos (como país) de las que yo no tenía ni idea y que supongo que la mayoría de chicos de mi edad que tampoco tiene idea. Yo en mi vida pensé que iba a estar parada al lado de un reactor nuclear, viendo el aparatito que te medía la cantidad de radiación que vos estabas absorbiendo que es muy poca realmente. Después cuando visitamos el INVAP que es la zona donde se desarrollan los reactores nucleares y los satélites. Yo no tenía ni idea de que en la Argentina producía reactores nucleares y los exportabas a otros países. No tenía ni idea. Han fabricado reactores para para Egipto, para Australia… Después cuando pasamos a la zona de los satélites, tenían las maquetas de modelo en 1 en 5 que te mostraban y te contaban cómo lo confeccionaban, que tenemos la única sala óptica en toda Latinoamérica, cómo estaban preparando todos los paneles termorreguladores de los satélites y me decía ‘esto después en unos años va a estar allá en órbita’, afuera. Después estuvimos en la (Fundación) INTECNUS, donde nos explicaban todo el tema de la radioterapia cómo hacen los estudios de medicina nuclear todo es sumamente fascinante”.
Julieta no seguirá su educación en el Instituto Balserio, pero no quiso dejar pasar la oportunidad de concursar y conocerlo. De hecho, la mayoría de los becados quizás no regresen. “La iniciativa del concurso, además de la divulgación del Instituto, el principal objetivo que tienen es el largo plazo. De los 15 ganadores, un par o uno, mínimo a futuro vuelve, como estudiante de posgrado, o como docente. Dicen ‘vengan, miren, conozcan cómo es la vida universitaria, cómo se desenvuelven”, comentó.
“En algún momento tuve la idea de estudiar ingeniería mecánica pero después la retiré, visité otras universidades y simplemente no me hallé estudiando esa carrera puntual después encontré la que sí me llamó por la que estoy inscripta ya para arrancar el año que viene”, explicó. Estudiará Ciencias del Comportamiento, becada por sus notas en el Secundario, en la Universidad Torcuato Di Tella.
Su experiencia recorriendo el Balseiro no duda en recomendarla y aceptar el desafío del concurso. “Yo puntualmente lo hice porque me gusta investigar, me lo propuso mi profesor (Pablo Martínez). Ellos te dan la temática y vos después de eso lo podés tomar desde el ángulo que vos quieras, podés contarle cualquier punto de vista. El mero hecho de aprender, es una de las pautas del concurso uno de los objetivos que ellos tienen es la divulgación científica, invitar a la gente a investigar, a hacer trabajos de un nivel académico bastante grande, es un trabajo amplio y que si vos lo querés usar, te sirve un montón de práctica para la universidad. En la Secundaria no haces ningún trabajo que te requiera tantos meses, que vos estás juntando información, escribiendo, analizando resumiendo, presentándoselo a otros profesores para que te lo corrijan vas, venís, lo corregís 80 veces, y es un proceso sumamente enriquecedor porque eso, a futura la universidad, es un trabajo de práctica esencial, sea para la carrera que vayas a estudiar, desde veterinaria hasta ingeniería nuclear, porque es un ejercicio que usualmente no tenés, y que después cuando comparás con otras personas, tenés facilidad en otras cosas tal vez, así que para cualquiera que tenga el objetivo de seguir aprendiendo y de mejorando las actividades, su rendimiento académico o viendo nuevas oportunidades, porque es eso, es una oportunidad que se da que es única”.