Música | 15 sep 2024
ESTACION K2
El Plan de la Mariposa, un viaje del río a las estrellas
La banda necochense colmó el Movistar Arena en la presentación en vivo de "Correntada". El 11 de octubre estarán en Necochea.
«Eran cinco hermanos que decían quiero ir a las estrellas«. Y llegaron…. El Plan de la Mariposa tuvo su noche soñada tocando por primera vez en el Movistar Arena, uno de los escenarios más importantes de la música nacional.
Con entradas agotadas, frente a 15.000 personas que cantaron, saltaron, vibraron, sintieron y sobre todo conectaron con el viaje de la banda de los hermanos Andersen. Del Rio Quequén, desde Mar Argentino de la costa necochense, llevando su música a un cielo que se abrió para ellos.
La fiesta no la hizo únicamente el lugar. También la ocasión: presentar formalmente en vivo «Correntada«, el sexto disco de estudio de la banda, lanzado hace pocos meses y el primero en cuatro años.
El viaje estuvo lleno de momentos, con las canciones como punto de partida, compañía y telón. A lo largo de tres horas de show hubo euforia, reflexión, historias de vidas y sobre todo celebración.
Los “chicos” de El Plan, mostraron toda su madurez con una presentación sin fisuras, con Sebastián demostrando aplomo, color y soltura al mismo tiempo como voz líder. La banda brilló no sólo desde lo musical, sino también desde la propuesta visual, tan importante en estos días, además de un sonido impecable, en un lugar ideal, de los más modernos del país, para sentirse contenido desde lo técnico.
“Serenata de una ruta larga”, parte del flamante “Correntada”, fue la metáfora ideal para iniciar el camino musical de una treintena de canciones, incluyendo todas las del nuevo disco.
La euforia tuvo numerosos episodios, abriendo el pogo con “Romance con el Desapego”, pasando por “Mi Jagger” y “La Vida Cura” que ofrecieron una intensa primera parte del show.
No faltaron claro los coros en esas letras reflexivas y llenas de fuerza y corazón, incluso en “Es por ahí” o “Fuego de Febrero” que con un puñado de escuchas ya calaron hondo en el público fiel. El momento de Valen como voz principal brilló además con “Oro de Abeja” y lo mismo ocurrió con la fuerza de Cami en “Savia” o “Abrazame”, que generó lágrimas de emoción en muchos rostros amparados por la oscuridad del recinto.
Después de “Domador de Sombras”, otra perla de Valen, se abrió un espacio acústico, de impensada intimidad entre tantas almas. Máximo en los teclados, acompañó a Sebastián en la bella “Navegantes” que nos transportó remo a remo a las orillas del Río Quequén. Cuando se encendieron las luces, apareció un paisaje ribereño, con la banda sentada en la orilla como si hubiese un fogón para cantar “Entrañas” y “Llega, Llega, Llega”. Una luna roja asomó entre los reflectores sobre el público y el paisaje lo completaron las estrellas de miles de luces de celulares para uno de los grandes momentos con una noche dentro de la noche.
Las historias de vida de “Lazinga”, “Guruchain”, “Braian” y “El Angel del 152” fue otro momento de charla y conexión con el público. Pero nadie estaba preparado para lo que vendría…
“Don Correntada”, el personaje que aparece en la portada del disco y enlaza la mayoría de las historias, había asomado un par de veces en el escenario antes de ser protagonista subiéndose a un gomón y “navegar” por encima del público mientras sonaba “Mar Argentino”, un mar de manos. Y no quedó allí, porque después fue el turno de Seba, quien mientras cantaba “Esquina de la Sombra” fue también llevado por el público, por todo el campo del estadio. “La” imagen de la noche.
¿Más? Si… quedaba un poderoso final que matizaron “Pulpo” y “La Concentración”, donde los cortes del nuevo disco. Como afirma «Incandescente«, la penúltima canción: las despedidas son por un rato… en octubre Don Correntada pone rumbo a Necochea para asomarse en el Centro Vasco.
La fiesta se cerró con otro clásico: “El Riesgo” gritado a todo pulmón, estrofa por estrofa, como en tantas otras noches de la banda, en los grandes escenarios de Obras o el Luna, o en los no tanto del país, Latinoamérica y Europa. Claro esta vez fue especial, con el eco de 15.000 personas. Pero no para cerrar el viaje, sino para un “hasta pronto”. Con la misma humildad y profesionalismo de cuando todo comenzó, con la misma frescura como cuando era un juego en casa. Para celebrar lo conseguido y seguir. Con la fuerza de creer, que es por ahí.