Tras reunirse esta semana con la presidenta del Consorcio de Gestión de Puerto Quequén, Jimena López, Leonardo “Chocho” Giorgetti, integrante de la Unión de Usuarios Viales, valoró en nombre de los vecinos autoconvocados el apoyo obtenido con el pos del objetivo de reconstruir el Puente Ezcurra, caído hace 44 años.

“Fuimos con el planteo de que sea una prioridad y es lo que queríamos escuchar”, manifestó sobre las 35.000 firmas que se recolectaron para avalar la reconstrucción del puente y destacó que López “dijo que para su gestión el puente era una prioridad por logística y seguridad”, entendiéndolo como un apoyo decisivo. “No encontrábamos respuesta hasta que las autoridades del consorcio decidieron avanzar”, agregó.

Giorgetti analizó que “nunca los municipios han podido generar este tipo de obras si no son a través de convenios con Provincia o con Nación. Me parece que nos ha faltado representación para poder establecer, como han hecho en otros municipios, obras de importancia con recursos provinciales y nacionales. Lo económico tiene que ver con la voluntad política. Obviamente, desde el principio del reclamo teníamos claro que no es una obra que la pueda hacer el municipio. Estamos hablando de entre 10 y 12 millones de dólares, que es una cifra astronómica para un municipio, pero no es una cifra astronómica para un movimiento que genera el Interland de puerto que quiera. El costo es ínfimo, teniendo en cuenta el dinero que mueve Puerto Quequén”.

Impulsados por este objetivo, entendió que “Vamos a luchar hasta el corte de cinta. El puente es una necesidad a gritos” y mientras “No encontramos ninguna excusa para no hacerlo” apuntó a todos los beneficios, entre ellos para la logística portuaria y el aumento de la comunicación entre ambas ciudades: “Hace 40 años teníamos tres puntos y ahora seguimos teniendo 3… ¿cuánto creció el parque automotor y el movimiento entre las orillas por el puerto y aquellos que estudian en Quequén?”, apuntó.

Respecto de plazos, confió que durante la reunión Jimena “nos planteó un lapso de espera por un contrato con Terminal Quequén y que parte del canon puede ir directamente a la obra”.

Y reafirmando el reclamo, destacó que “impacta el acompañamiento popular y genuino que tuvo la inactiva. 35.000 firmas no es poco. No es un capricho de una gestión”.

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