A pocas cuadras de su sede y a 40 años después de perder su estadio, el Club Social y Deportivo Huracán de Necochea avanza en el suelo de volver a contar con una cancha de fútbol.

Desde la dirigencia del Globo y la subcomisión de fútbol se encuentran trabajando desde hace varios meses en el predio que el club posee en calles 83 a 87 entre 50 y 54. Allí se buscará emplazar el futuro estadio cuyo campo de juego será de alrededor de 100 metros por 70.

En la mañana de Segundos Afuera, Marcelo “Chelo” Cascino, nos contó los detalles de la obra y la expectativa de que para septiembre los chicos de club puedan estar entrenando en el lugar.

Concretamente se avanzó gracias a maquinaria de la Municipalidad y Vialidad provincial para nivelar el terreno y establecer también las inclinaciones para que escurra, además del resembrado del lugar y mantenimiento para contar con una gramilla para la práctica del fútbol.

El arquitecto de la obra es Martín Díaz, nieto de una gloria futbolística de Huracán, como fue Américo Díaz.

El predio fue adquirido en 2005 por otro histórico dirigente del “Globo”, Carlos Alfredo Almassio, luego de que el club perdiera su casa futbolística a finales de los años 80’, al demolerse el estadio “Mariano Necochea” que compartía con el Club Gimnasia y luego, en 1996 con la compra de las tierras que hoy pertenecen al Hipermercado Toledo.

Algo de historia

Fue en 1985 cuando el estadio “Mariano Necochea” fue compartido por última vez por ambos clubes y mantuvo la estructura que tuvo en su inauguración en 1977. El último partido oficial sería un triunfo de Gimnasia por 3-0 sobre Mataderos, con goles de Ciancaglini y dos de Bódega, el sábado 12 de octubre. Días antes, para Huracán, la última presentación allí fue más dolorosa, con una goleada de 6 a 0 en contra frente a Estación Quequén. 
Para el verano de 1986, ambos clubes vecinos habían determinado separarse por desacuerdos en sus proyectos para el predio. Divididos, el estadio dejó de ser el que era. Huracán tomó su parte del terreno y anunció planes de un playón deportivo, una colonia de vacaciones y más adelante un jardín de infantes y una escuela que nunca se concretarían. Años después sí construiría allí las pedanas del bowling. En cuanto al fútbol, el “Globo” aspiraba a construir una nueva cancha y una pista de atletismo en el terreno de avenida 58 y 83, un viejo anhelo que aún se mantiene.