Impactando en la tapa de todos los medios, algo poco habitual para el ajedrez, el país conoció la semana pasada a Faustino Oro, un pibe de apenas 10 años que sorprendió venciendo al noruego Magnus Carlsen, número 1 del ranking y campeón mundial, durante un torneo de partidas rápidas online.
Sin embargo, en el mundo del ajedrez nacional, Faustino lleva tiempo en la boca de la mayoría y todos hablan -con reparos para no presionarlo a tan poca edad- que es “un distinto”. Para el necochense Leonardo Tristán, entre los diez mejores ajedrecistas del país desde hace casi 15 años, la proyección de Oro es máxima: “Es la primera vez que veo que hay un argentino con proyección de campeón mundial”.
El Gran Maestro, que viene de ser subcampeón en el Abierto de Mar del Plata el pasado fin de semana, habla como jugador y también como entrenador. Ha enfrentado a Faustino ya en un par de ocasiones y es amigo de su entrenador Jorge Rosito. “Hace varios años que se escucha su nombre, desde cuando él tenía 6 o 7 años que juega online, prendió en la pandemia, mirando videos y su abuelo es un jugador de primera categoría en Buenos Aires. Es un talento que no se vio nunca a una edad tan prematura. Conozco el caso de cerca. Si bien hemos tenido grandes talentos en el país, siento que es la primera vez que veo que hay un argentino con proyección de campeón mundial. Si bien tiene 10 años y puede pasar de todo. Es lo que uno ve ahora. Tiene más ranking que Magnus Carlsen a esa edad. La proyección es brillante”, analizó.

Radicado en la ciudad de Mar del Plata, Tristán ha logrado ser un profesional del ajedrez, algo muy difícil en el mundo incluso. Entre numerosos éxitos, el surgido en el Club Ajedrez de Necochea ha tenido la oportunidad de representar al país en la última  Olimpíada de 2022 en la India y buscará este año su lugar en el Mundial disputando una vez más la clasificación en el Campeonato Continental de las Américas en Medellín, en Colombia, en mayo.
Pero además del Tristán jugador, también se ha hecho un nombre como entrenador para aquellos que se insertan en el ajedrez competitivo. Así como en su momento él tuvo sus maestros, en especial en Necochea, su padre Antonio, que fue siete veces campeón local, y un gran amigo como Jorge Parra. 
Dialogando en la mañana de K2 Radio, Leo repasó sus rutinas a la hora de preparar partidas y también los vínculos con otros jugadores nacionales con quienes ha entablado una fuerte amistad. “Es algo común jugar con los amigos en los torneos porque por suerte es un deporte que me ha dado muchísimas amistades, a pesar de ser un juego individual. En las partidas vamos con todo y después es el momento de comernos una pizza. El enojo es con una decisión mala que se tomó, pero nunca con el rival”, compartió. 

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