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viernes 29 de marzo de 2024 - Edición Nº1940

Entrevistas | 3 jun 2023

TUS RADIOS

“La genialidad y el éxito no van de la mano”

Pionero del rock necochense como baterista, Adolfo Matar sigue dándole a los parches y enseñando a los nuevos valores, aunque reconoce que “la música que se está haciendo ahora no me gusta”. Entre otros, tocó con Pappo, con Ara Tokatlian de “Arco Iris”, fue amigo de Oscar Moro de Serú Girán y está convencido en que “el rock and roll no va a morir jamás”


Formado como autodidacta en la batería fue uno de los pioneros del rock necochense. Tras una extensa trayectoria, Adolfo Matar sigue hoy dándole a los parches y enseñando a los nuevos valores. En su amplia trayectoria, entre otros, tocó con Pappo, con Ara Tokatlian de “Arco Iris”, Oscar Moro de "Serú Girán" y hasta declinó una oferta de tocar con Divididos. “La genialidad y el éxito no van de la mano”, advierte, con la impronta rockera que lo caracteriza, el pelo largo, el mismo brillo en los ojos cuando habla de su pasión por la música y la convicción de que “el rock and roll no va a morir jamás”.

Contrabandista
La batería lo atrajo desde muy chico, cuando encontraba en los actos escolares una buena excusa para tocar el bombo y subirse a un escenario. “Me era más fácil tocar un bombo y hacer percusión, hacer lo que yo sentía. O sea que creo que ya lo traje algo incorporado”, recuerda. Esa predilección lo llevó a tomarse el aprendizaje con más seriedad, no sin algo de casualidad. “Mi viejo era fotógrafo y me gustaba acompañarlo. En la vieja Rambla había una confitería y en la temporada siempre venían grupos a tocar ahí, grupos de afuera. Cuando tenía 12 años, más o menos, vino una banda de jazz que no le fue bien en la temporada. Mi viejo sacaba fotos y yo me ponía atrás de la batería y quería estudiar el bombo. Me llamaba mucho la atención, la independencia, todas esas cosas. No era el palo mío el jazz, porque yo apuntaba más para tocar en rock and roll. Pero a esta persona le fue mal y se tuvo que quedar en Necochea, un baterista de Buenos Aires, Freddy Vegilias, me regaló unos libros, unos discos que tenía, uno de Sandy Nelson, baterista de jazz y él tenía un solo de batería que se llamaba “Que retumben los parches”. Y bueno, entonces, empecé a estudiarlo, y bueno, me salió bárbaro. Freddy me enseñó, me había conseguido unos libros de Alberto Alcalá.  Así fui creciendo musicalmente”, compartió sobre sus comienzos al punto de tomar la decisión de cambiar y ponerse zurdo para tocar la batería, “para lograr mejor independencia”, siendo diestro. 
Con apenas 15 años, formó parte del grupo Contrabandista. “Fui de los pioneros, había dos bandas de rock. La otra que estaba era el famoso Loco Bianchi, que muchos deben tener en mente su recuerdo. Él tenía el grupo Espora. Fuimos de los primeros en tocar en los bailes de egresados”, rememoró.

“Siempre tuve pasión con la batería, es algo que no puedo evitar"

PinAp
Buscando colegas en los que inspirarse, le llamó la atención por usar el doble bombo, Ginger Baker, del grupo Cream -junto a Jack Bruce y Eric Clapton-. Y también Omar Hakim, “con sus ritmos de fusión, con más soul”, o el percusionista Dennis Chamber. Era una época en que no había tanta información y la movida apenas se veía reflejada en la revista PinAp, nacida en 1968 y que tuvo publicaciones hasta principios de la década del 70. Luego sería el turno de la revista Pelo. 
La propia revista PinApp traccionaba festivales, incluso en nuestra ciudad. “A veces tocábamos sin retorno. Era en el anfiteatro. Era tracción a sangre todo. No había tanta tecnología, no había tanto sonido”.
Así comenzó a relacionarse con el mundo de la música, tanto en Buenos Aires como en la ciudad de Mar del Plata, en una época difícil para la rebeldía. “En esa época era como un tipo de secta, nos veníamos y sabíamos que hacíamos rock and roll o que a él le gusta”. Así forjó relación con el grupo Arco Iris cuando éstos paraban en Costa Bonita, con Tokatlian y también el baterista Horacio Gianello. “Nunca me consideré un baterista sesionista, pero me han llamado Johnny Tedesco, Tom William, cosas así que prácticamente sin ensayos, sin nada, en un día aprenderte 20 temas y tocarlos. Era otra época”. 
“Siempre tuve pasión con la batería, es algo que no puedo evitar. Yo muchas veces estoy acostado a la noche y estoy con las manos... (dice mientras golpea a la mesa como un tambor) Y no me puedo dormir. Y bueno, es una cosa que... es ritmo ahí. Me gusta escuchar bateristas, me gusta tener contacto con gente que le guste la batería. Siempre charlamos con bateristas de afuera. Fui muy amigo, de Oscar Moro, de Serú Girán, muy amigos, muy compañeros, hemos hecho clínicas de batería juntos en San Martín”. 

Divididos 
Esos contactos le han abierto numerosas puertas, con posibilidades de tocar y seguir proyectándose, pero reconoce que la idea de instalarse en Buenos Aires no lo sedujo. “Tuve oportunidad de tocar con Divididos.  Hablé con Alberto Aguinagalde, que tenía contacto. Cuando se habló me decidí a quedarme (en Necochea) porque el pibe mío tenía un año. Me pasó así, o sea, soy muy familiar yo también”, reflexionó. “Me gusta mucho más Necochea, tocar con músicos de Necochea, que con músicos de afuera…soy ‘El loquito Matar’ -dijo entre risas- … y yo acá la paso bárbaro. Si lo necesito económicamente, sí, vas a tocar con tal, vas a haber tanta plata. También hay que tener la suerte de… yo personalmente pienso que la genialidad y el éxito no van de la mano, porque hay muchos geniales, genios que no llegaron a hacer nada o por ahí han llegado a hacer algo poquito y hay muchos músicos que con menos, suman éxito. Yo nunca tuve prácticamente un manager que te diga, ‘hacés esto, no te conviene esto, Adolfo, te conviene hacer esta cosa’. En su momento me fue bien. Soy feliz con lo que hago y cuando pude tuve la oportunidad de poner un local de música, gracias a mi trayectoria como baterista, sea bueno, malo o sea mediocre. Eso me llevó de la mano a tener un local, en el que hoy está mi hijo”. 

Bluset
Ese tradicional local de música, hoy ubicado en pleno centro de la ciudad, en avenida 59, se llama Bluset, donde además de vender instrumentos musicales, ofrece clases. “Lo lindo de esto es que, uno de chico, como todos los chicos creo, actualmente pasan por una vidriera de música y se quedan ahí con la boca abierta, con ilusión. Te digo porque me pasaba a mí, cuando me iba a Mar del Plata con mi hermano y mirábamos la vidriera de una tienda que estaba en la peatonal”, reflexionó. 
Hoy Adolfo sigue activo tocando, principalmente en temporada. Entre otros, mencionó proyectos con el santiagueño Carlos Juárez por un lado, haciendo folclore y baladas, y también con el trío Anastasia, con Claudio Mercurio y Hugo Polo, también músicos de afuera. También ha colaborado y realizado shows con el guitarrista Marcelo Roascio y con Sergio Colotti

"Sinceramente, la música que se está haciendo ahora no me gusta".

Rock and roll
Atento a las nuevas expresiones musicales también, reconoció que “sinceramente, la música que se está haciendo ahora no me gusta. O sea, hay partes que sí. No es que yo haya empezado a tocar hace 50 años atrás o más. Pero por ahí los chicos hacen cosas buenas con la máquina, pero no tolero que viene un DJ y dicen ‘hoy toca tal’. Eso no me gusta, no me gusta porque no es un ejemplo cultural, escuchás una máquina… una batería totalmente grabada, le saca la cabeza a los chicos. La tecnología, está bueno que se pueda conseguir cosas, que sirva como ayuda para el músico. Y hay que darle mucha bola a las letras. Lo que realmente quieren decir, por qué se quejan y por qué se expresan”.   
Sobre la fuerza de los instrumentos y las composiciones agregó que “el rock and roll sigue vigente, sigue vigente la cultura musical.  Hay una cosa que me dijo un pintor, que nunca me acuerdo el nombre, me dice te felicito porque haces música, yo digo, ‘pero te felicito a vos por la pintura que haces’. Y me dice, ‘¿sabes qué pasa? que primero está la música, la pintura es música coagulada…”. Y volviendo al rock, analizó: “Lo veo muy fuerte, hay atrás nuestro una camada de músicos que estudian, se preocupan, que tienen el apoyo de los padres, que por tocar la guitarra no dejan de estudiar, porque la vida no sabes por dónde va a saltar. Ayudan al talento. El rock and roll no va a morir jamás”.

 

"Le aconsejo a los pibes que lo metan para adelante y que sigan con la música, que es el mejor camino”

Presente
Sobre ese presente, también mirando los nuevos exponentes, valoró que “en Necochea hay montones de músicos buenos, pibes muy buenos que progresan, que tienen vocación y tienen la posibilidad de conseguir cosas que nosotros no lo teníamos, desde el instrumento hasta el aprendizaje. Si tengo que dar un consejo, es eso, que sigan para adelante. Cuando se pone más grande, uno usa mucho la sensibilidad. Está la sensibilidad que lográs que la música le llegue al corazón de la gente. En realidad es eso lo que sirve, eso es lo que nos transmite el músico. Está la gente escuchando y el músico tiene que transmitirle algo, darle el alma, de eso se trata. Le aconsejo a los pibes que lo metan para adelante y que sigan con la música, que es el mejor camino”. 

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