

El deporte amateur, y en especial aquel que no goza de popularidad en los principales medios, sufre mayormente los problemas de infraestructura que tiene nuestro país desde hace décadas. Y el patinaje artístico, aunque tenga campeones internacionales, es un ejemplo más. En nuestra ciudad, en los últimos años, se vive un auge de practicantes que se ha reflejado en un regreso competitivo a los torneos federados tras un largo paréntesis de 20 años. Cumpliendo ya 10 años al frente de su escuela de patinaje artístico y siendo parte fundamental del renacer de este deporte en nuestra ciudad, la técnica nacional Selene Gonzalez Gutiérrez advirtió la falta de una pista acorde para elevar el potencial de los numerosos chicos y chicas que lo practican. “Tenemos un total de seis escuelas, algunas competitivas y otras recreativas, todos espacios de formación. Son alrededor de 500 o 600 patinadores artísticos. La movida es enorme y siempre decimos: existimos. Necesitamos un espacio público para entrenar y practicar, la infraestructura. Contar con un espacio para ir y juntarnos, donde los chicos tengan también un espacio de intercambio por fuera de los clubes. Una pista en la medida de lo posible, con techo”.
Si bien la falta de infraestructura es un problema común, Selene comparó otras realidades advirtiendo que “cuando viajamos a los torneos nacionales, como nos pasó en Mendoza hace poco, hay infinidad de lugares para que los chicos puedan entrenar y acá no nos pasa. Y estaría buenísimo. No sólo para el patín artístico, sino para todas las disciplinas de ruedas. Poder contar con un espacio que tenga un piso acorde para nuestro tipo de disciplina, porque no podemos andar en la calle. Los chicos de patín carrera se adaptan pero terminás estropeando los equipos, necesitás un piso que favorezca a la rueda que nosotros usamos. Y sobre todo también el sentido de pertenencia. Que exista una pista para el patín. No es que vamos a patinar en la cancha de basquet o en la pileta de natación, aunque nos metemos en cualquier lado con tal de patinar…”
"La historia del patín en Necochea ha sido super importante y está bueno ver que de alguna manera u otra esté empezando a revivir”
Patín, con historia
Fundamentando el deseo, profundizó su análisis evocando la figura de Hugo Ibarguren, campeón mundial y entrenador de patín carrera en nuestra ciudad. “La historia del patinaje sobre ruedas ha tenido preponderancia en Necochea, como el roller derby, el skate o el hockey sobre patines, los chicos de velocidad, desde Hugo Ibarguren hasta hoy. La historia del patín en Necochea ha sido super importante y está bueno ver que de alguna manera u otra esté empezando a revivir”.
Actualmente funcionando en la Sociedad Española de Necochea, la Escuela de patín Artístico Ave Fenix cumplió en abril una década de constante crecimiento. “Arrancamos despacito, pero sin pausa y animándonos a un proyecto de patinaje artístico en la ciudad. Antes que nada lo primero que tengo que hablar es de orgullo”, sintetizó. Antes de ser entrenadora, Selene o “Lené” como se la conoce en el ambiente deportivo, se destacó como patinadora, sumándose desde muy pequeña al grupo que entrenaba Sandra Cernuda, por entonces en el Sindicato de Luz y Fuerza y que luego recorrería la provincia con los colores del Club Huracán y el Club Ciudad de Necochea. “Cuando arranqué de hecho no se sabía de dónde había sacado la idea de que quería aprender a patinar. Entre capricho y berrinche, justo dio la casualidad de que empezaban a dar clases acá en Necochea, en el año 95. Empecé este camino muy chiquita, tenía 5 años”.
Pero la idea de estar ella misma al frente de un grupo no tardó en aflorar. “La idea de dar clases arrancó cuando tenía como 16 años. Fue después de la crisis de 2001, cuando no se pudo seguir solventando el deporte y cuando de hecho el equipo competitivo que habíamos formado se cayó. Estaba en los últimos años de Secundaria y dije ‘quiero estudiar pero sé que quiero seguir patinando’. Así que fue buscar la manera de trabajar y acá en Necochea el patín estaba muerto. Ahí es donde se empezó a gestar la idea. Ahí empecé a mandar notas a la Municipalidad. Te podrás imaginar que con 16 años era paupérrimo el proyecto presentado, pero fue creciendo. Fue mutando la idea, y la verdad que como sensación tengo el decir lo logramos: poner en marcha el patín artístico, no solo de manera recreativa sino de manera competitiva. Llevó tiempo porque la escuelita arrancó en 2013 y recién pudimos volver a competir a nivel nacional en el 2019, con todo un recorrido de preparación. Poner en pausa ciertos proyectos o ciertos objetivos, para priorizar otros. Fue armar el equipo de competición con los chicos, en ese momento en el Club Villa del Parque. Pasaron más de 20 años que Necochea no tenía representación en los torneos oficiales”, subrayó.
Su escuela marcó un renacer del patinaje artístico que se replicó en otros clubes de la ciudad y la región. “Es re-lindo decir que lo desparramamos en una ciudad donde nunca hubo como en Lobería o lo mismo hablar de La Dulce. La idea siempre fue esa. Que se haya multiplicado y que vuelva a tener vida, algo que muchas veces los deportes femeninos suelen ser dejados un poco más de lado y por suerte hoy va cambiando, vamos tomando otro poder”.
"Los deportes femeninos suelen ser dejados un poco más de lado y por suerte hoy va cambiando, vamos tomando otro poder”.
Para ellas y ellos
Si bien como apuntó es un deporte mayormente para las chicas, los varones también lo practican en nuestro país y en todo el mundo. “En el seleccionado hay patinadores increíbles en la actualidad, como por ejemplo Juan Francisco Sánchez o Tomás Masía, Franco Mastroianni. Es super enriquecedor (para el deporte), porque las mujeres son más virtuosas en lo expresivo o en los giros y los varones tienen una potencia que tiene ver con su propio físico, que generan por ahí saltos más vistosos y difíciles”, explicó Selene. Nuestra ciudad no es ajena a la participación masculina e incluso con buenos resultados. Kenji Farías Morillo, patinador de la Sociedad Española de Necochea, obtuvo la medalla plateada en el reciente Nacional de categoría B en Mendoza y alcanzó la clasificación al Campeonato Argentino absoluto a disputarse en el mes de noviembre. “Siempre buscamos que el deporte sea lo más inclusivo e integrador posible. Kenji es un personaje, es un divino y tenemos un vínculo que va más allá del vínculo entrenador-alumno por suerte. Somos casi una familia y eso hace que los resultados sean más profundos y más significativos”.
En la pista
Profundizando sobre esas sensaciones que van mucho más allá de un resultado, reflexionó que para ella subirse a los patines “es sentir que no existe absolutamente nada más en el mundo que la pista y vos. Todo ese trabajo y ese sacrificio que hiciste durante toda la vida, muchísimos años que se pongan en juego capaz en dos o tres minutos de rutina, tratando de no fallar. Darlo absolutamente todo. Te abstraes del mundo, estas dentro de una burbuja y no hay nada más que importa en este momento. Son las emociones que nos atraviesan y tratamos de darle ese enfoque al trabajo con los chicos, para que sean capaces de regístralas y capitalizarlas, y ponerlas a su favor a la hora de competir”.
Y respecto del proceso de enseñanza, valoró que “clase a clase vas logrando pequeños avances, que no te llegás a dar cuenta por ahí de un día al otro, pero de repente, decis ‘hace dos semanas no me podía mantener en pie a esa velocidad’. Los patines son pesaditos, pero como todo es parte de un proceso. Hay un montón de ejercicios que primero se hacen de manera progresiva, en zapatillas, vas rotando de manera progresiva, pero sin pausa. Obviamente con un complemento de preparación física, porque con el patín solamente no alcanza. Y los más chiquitos lo hacen desde una perspectiva más lúdica, con juegos, para que tengan ese primer acercamiento al deporte desde ese lado. Lo más importante es animarse, conocerlo y sobre todo disfrutarlo porque después la técnica llega sola. La sensación de que el aire te corra en la cara, tomar velocidad, haciendo equilibrio…es algo hermoso. Por ahí estamos un poco chiflados, porque a veces nos ponemos un poco de cabeza… pero es muy divertido”, compartió con una sonrisa.
Formada también como docente de teatro, ha llevado esa experiencia también a numerosas galas y presentaciones que combinan el patinaje con historias, vestuario, música y presentaciones escénicas contando historias. El patín siempre como el motor para todas las ideas, desde muy joven. “No sé si me imaginaba siendo profe, pero sí me imaginé siempre involucrada con el patinaje, desde el lugar que fuera. Todos los roles me llaman, desde el rol de técnica, árbitro, dirigente, delegado, en cualquier ámbito del patín me sentiría cómoda”, reflexionó sobre su pasión y también la búsqueda constante de no dejarse ganar por las frustraciones: “No me imagino afuera, si en el día de mañana dejo de ser entrenadora voy a tratar de seguir involucrada de alguna manera, eso lo tuve claro desde muy chiquita. Tengo que reconocer que me canso a veces de remarla en dulce de leche, que quiero tirar todo y decir ‘me voy a cosechar papas a Otamendi. Pero cuando se me pasa, pienso que no lo podría dejar… lo tengo incorporado en el ADN. De grande me termino enterando que una de mis abuelas patinaba en River. No la llegué a conocer pero está en la sangre… no lo podría dejar, ya forma parte de mí. De mi identidad… Hay gente que me conoce como patín, ni como Selene, ni como Lene, me dice ‘che, patín’…no se si lo podría arrancar de mi ser”.
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