

Mucho se ha hablado ya en Gran Hermano sobre la extraña relación entre Alfa y Camila. Al punto de necesitar aclarar la situación en el confesionario, los diálogos entre los participantes siempre sugieren algo más de lo que se ve, que no es poco.
A riesgo de que lo acusen de acosador, Alfa está muy cerca de Camila, y sus actitudes se prestan a confusión. Y aunque ella dice que él le hace acordar a su padre, no justifica el beboteo seductor que a veces ejerce sobre el veterano.
En ese permanente histeriqueo que realiza la pareja, se han dado diálogos extraños y fuera de lugar. Y en el último, hubo testigos que cortaron la onda del momento.
Alfa se acercó en modo seductor, y con su voz más tenue y grave comenzó a hablarle a Camila, que estaba despatarrada en un sillón. Al escuchar su tono de voz y ver su lenguaje gestual, la rubia se incorporó y lo miró a los ojos.
“¿Qué pasa?”, le preguntaba el sexagenario a la veinteañera. Y le insistía: “¿Qué pasa, mami”, agachándose para acercar su cara a la de ella.
Alfa se acercó de más a Camila en Gran Hermano, Marcos presenció todo y se la pudrió: “Un poco raras las conversaciones”
La reacción de la pianista fue hilarante, y parecía que quería poner distancia. “¿Qué me dijiste? ¿Mami? No me digas así, es feo”, le recriminó. Y se burló, imitándolo: “Mamita. Oye mami”.
Este bizarro episodio fue interrumpido abruptamente por Marcos, testigo silencioso que, desde otro sillón, observaba la escena sin hacerse notar. Hasta que no pudo más y metió un bocadillo: “Un poco raras las conversaciones”, opinó.
Fue lo necesario para cortar el clima de seducción, y Alfa reaccionó cambiando el tono y la postura corporal. levantándose y alejándose, le reclamó: “Me babeaste todo”.