

En un cierre especial para la edición de Segundos Afuera de este miércoles en K2 Radio, charlamos con uno de los grandes protagonistas del rock nacional. Ricardo Mollo, cantante de Divididos, se entregó con su habitual carisma sobre el escenario a un mano a mano para pasear por numerosos temas, en plena gira, con 30 años de canciones, las del nuevo disco y aquellas que siguen calando hondo entre los escuchas del rock.
Buscando poner en palabras esa pasión que hoy los sigue movilizando y en contacto con el público fiel, entendió que son “Las ganas de seguir haciendo esto que elegimos desde hace tantos años, con Diego (Arnedo) venimos tocando desde 1978. Nos elegimos todos los días. Es una bendición encontrar un compañero de ruta. Diego es la pareja que más duró. Es mutuo. Sigue esa química del primer día”.
"Sigue esa química del primer día”
“Nos gusta tanto tocar en vivo que te vas de la composición y sacar temas”, referenció tras volver al estudio en este momento y preparar el nuevo disco. “Ya lo terminamos. Ya está todo hecho. Faltan detalles de la tapa, que fue quizás una de las cosas que más nos costó, más allá de los 16 años que nos costó juntar los temas. La idea es presentarlo en noviembre”.
“Tocamos igual en Vélez que en Teatro Flores. Es muy lindo la cercanía y la interacción”, con la gente. Hablando de ensayos y también de sus días como papá de familia, una de las grandes figuras del rock nacional compartió su pasión por la música que lo sigue llevando por escenarios de todo el país. “Es reivención. Lo volvés a hacer y lo volvés a interpretar con las mismas ganas, pero reinterpretado, siempre es una canción distinta, porque siempre hay alguna vuelta más. Las disfruto, y por eso seguimos tocándolas” compartió sobre ese placer de cantar canciones que escribió hace 30 años como si fuese la primera vez.
“Tocamos igual en Vélez que en Teatro Flores"
A poco de cumplir 68 años, confesó “me sorprende ver esa diversidad de público, desde abuelos y hasta bisnietos me atrevería a decir” y se sorprendió porque “Hay cosas más populares que el rock”.
A 25 años de la publicación de “Narigón del Siglo”, uno de los discos más importantes del rock nacional, retrucó ante la pregunta sobre si para él es el mejor del repertorio: “¿Cuál es tu mejor hijo?, atrévete a decir cuál es…tengo discos mimados, pero no puedo decir cuál es el mejor”.
Y se animó a recordar “La era de la boludez” y aquel hit con “Que ves?” que por unos años se negaban a tocar en vivo, casi renegando de ese éxito: “Fue tragicómico porque hicimos el disco en Los Ángeles con Gustavo Santaolalla y él generó una pertenencia con el disco. Santaolalla no podía entender cómo no lo tocamos cuando presentamos el disco en Vélez. Le explicábamos que no nos hacía bien es ese momento, que se había generado algo con la canción que no nos gustaba. Y él no podía entender que nos hacía daño tocar ese tema. Fue todo un cambio de todo tipo y el disco tuvo esta canción que salió de ese lugar de ostracismo donde nosotros la teníamos a que se hiciera bastante popular y nos costó un montón porque la empezamos a escuchar en radios que no nos gustaban. Pero bueno uno no está acostumbrado a que las canciones dejen de pertenecerle y lo que sentimos era como que se nos fue un hijo, hoy ya entendí que las canciones no me pertenecen" reflexionó sobre esa conexión tan especial que genera el público con las letras.
Con un vinilo de SUMO en la mano como parte de su escucha habitual, dio espacio para pedirle una reflexión sobre Luca Prodan: “La vida te regala conocer a alguien y que te deja la enseñanza. Lo puedo tomar como un maestro. De quién se aprende cosas y te deja huellas, para mi Luca fue eso". Y comenzó tenerlo como confidente aún hoy: "Me acuerdo que en lo que fue todo el duelo y todo el comienzo de «Divididos», yo hablaba con él. Le pedía... obviamente, hablaba desde mis pensamientos. El último recuerdo que tengo de él, del lugar donde se fue, es el olor a jazmín. Y cada vez que le pregunto cosas, siento ese olor y me recuerda a él”.