

En plena gira de conciertos por todo el país y Sudamérica, Lisando Aristimuño se presentará el próximo domingo 29 junio en el Teatro Toledo.
“La música en vivo es sangre y corazón, es diferente al estudio. El vivo es hermoso por la relación con el público, ver gente cantante, riendo, bailando o hasta llorando. Y eso en el estudio de grabación no se ve”, valoró anticipando su visita y la relación con el público.
El espectáculo, que se presentó en Paraguay y luego irá a Chile, será en formato trío, junto a Lucas Argomedo en bajo y violonchelo y Martin Casado en batería y percusión. Podés conseguir tu entrada anticipada en ADN store o Planeta Entrada.
Sobre el show, aclaró que “en este caso es rock, más tirando a la electrónica, casi como un pulpo apretando botones. En la mitad del concierto hacemos un acústico. Pasa por muchos ambientes el concierto, recorriendo toda mi carrera”. Entre más de 90 canciones, se animó a señalar que la que más le gusta en vivo, “la que más me gusta y me emociona es Pozo”.
Recorriendo tantos años junto a la música, comentó: “Mi primer disco tiene 21 años, hace tiempo que estoy girando. Ya empezás a naturalizar salir al público, al principio me ponía más nervioso, ahora ya estoy disfrutándolo más”.
A la hora de componer, referenció la importancia de su ciudad natal Viedma para inspirarse: “Soy bastante fotógrafo. Mis ojos, el olfato, los usos para registrar momentos y eso lo bajo a música y letras. En Viedma, camino por la costanera, veo cosas que me mueven o me emocionan, mi mamá me cocina esas cosas ricas. Y cómo no voy a componer así. Agarro una guitarra y sale muy fluido. Voy registrando cosas que me motivan en todos lados, lo hago ahora cuando estoy en gira. Voy bajando (en canciones) lo que vivo día a día”.
Habiendo grabado con David Lebón, Pedro Aznar y hasta Fito Páez, entre otros, agradeció “conocer a todos mis ídolos fue un regalo de la música. Haber laburado o tenido de invitados a muchos músicos de estilos diferentes. Me llena de orgullo”.