Espectáculos | 14 oct 2024
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Lali Espósito habló de su amor con Pedro Rosemblat: “Hace rato no estaba de novia”
La artista confesó el importante paso que dieron como pareja y recordó con humor cómo surgió el flechazo
Lali Espósito apareció radiante en el programa de Susana Giménez, confirmando lo que muchos ya intuían: su amor por el periodista Pedro Rosemblat alcanzó nuevas alturas. En medio de risas, confesiones y miradas cómplices, la artista compartió no solo detalles de su relación, sino también el paso decisivo que dieron en su vida en común.
“Él es el amor de mi vida”, afirmó la cantante sin titubeos, provocando una sonrisa en la icónica conductora, quien conoce a Pedro desde su infancia -ya que su madre, exmodelo, es vestuarista de la diva-. La conexión entre ambos parece haberse consolidado de manera profunda, a casi un año de haber hecho público su romance. “Estoy enamorada, Susana, ¿qué te voy a decir? He tenido novios fantásticos, pero él es espectacular. Estoy pasando un momento relindo”, continuó la cantante, visiblemente emocionada.
Además, se ocupó de aclarar que “yo hace rato no estaba de novia, estaba chichoneando, un poco de acá, un poco de allá”, pero lejos del enamoramiento que está sintiendo desde el momento en que comenzó su relación con el comunicador. Sin embargo, en medio de esas revelaciones sobre su presente y sus sentires, el anuncio más destacado de la noche llegó cuando, tras una pregunta de Susana, la cantante reveló que ya están viviendo juntos. “Sí, ya convivimos”, respondió con orgullo, lo que dejó entrever que esta nueva etapa en su relación fortaleció aún más el vínculo que los une.
Entre bromas y anécdotas, incluso no escatimó en elogios hacia Pedro: “Es como vivir con alguien de Masterchef, no sabés lo que cocina él. Es un capo. Yo no sé cocinar ni un huevo frito, soy un espanto. Y él, todo. Hoy, antes de venir, me hizo un pollo con arroz, cebolla de verdeo y papas al horno, bárbaro”. El relato arrancó carcajadas del público y de la propia conductora, que no pudo contener su sorpresa ante las habilidades culinarias de Rosemblat.
El origen de este amor tuvo un tinte inesperado. Según contó la invitada, todo comenzó en una fiesta de Halloween, un escenario en el que, según ella misma relató, no estaba precisamente en su mejor versión: “Yo estaba hecha un c... espantosa. Me había disfrazado, no para estar linda, sino para dar miedo. Me hice un ojo negro, la boca toda torcida y llevaba una peluca rarísima”. Sin embargo, incluso bajo ese disfraz, Pedro vio más allá de las apariencias. Aunque no fue en ese momento cuando se dieron una oportunidad, quedó claro que la atracción estaba presente desde el primer encuentro. “Nos vimos, pero fue más adelante cuando quedamos para una cita, y desde ese día no nos separamos”, confesó con una sonrisa que iluminó el estudio.
En medio de la conversación, Susana no dejó pasar la oportunidad de preguntar sobre la maternidad. La respuesta de Lali fue honesta y reflexiva, al revelar las dudas y temores que comparte con muchos de su generación: “Nosotros, como generación, nos damos más tiempo. La maternidad es algo que me aterra mucho, pero no me lo impongo. Si algún día siento que es importante, le daré importancia. Y si no me pasa, también está bien”.
En los últimos días, en en medio de los festejos por los 33 años de la cantante, su pareja se dejó llevar por las emociones más profundas al dedicarle un emotivo mensaje: “Gracias Mariana por hacernos tan felices a todos los tuyos”, escribió con una calidez que atravesaba la pantalla, y agregó: “Ojalá toda esa alegría te vuelva en este día y cada día”. Estas palabras, que destilan amor y admiración, fueron acompañadas por una sencilla pero potente declaración final: “Feliz cumpleaños, te amo mucho”.
Las fotografías que eligió contarían una historia propia. En ellas, se los puede ver en distintos momentos: íntimos, cotidianos, a veces entre risas compartidas, otras en la simpleza de un gesto o una mirada. Algunas imágenes muestran a Lali sola, en situaciones hogareñas, con la despreocupada naturalidad de quien se siente cómoda siendo quien es, incluso lejos de los reflectores que la siguieron por años.