

Algunos lo conocieron como “Kid Tutara”, su apodo sobre el ring, otros como un querido -y anónimo- conductor de taxis y claro muchos como José Saro Giorgetti. Y tristemente quizás algunos no lo conozcan. Por eso el valor de tener siempre presente a los referentes de nuestro deporte, más allá del paso del tiempo. Por eso José Saro Giorgetti, el boxeador más importante de la ciudad, campeón argentino de los pesos pesados y representante olímpico en la década del 50’, será galardonado por el Círculo de Periodistas de Necochea en la próxima Gran Fiesta del Deporte
No es la primera vez que reciba uno de los reconocimientos más importantes del Círculo. Incluso Tutara, en vida, allá por 2001, fue el primer deportista en ser premiado con el “Puente Colgante” a la Gloria Deportiva, uno de los cuatro galardones institucionalizados por el Círculo desde su refundación en el año 2000.
Es que no hubo otro como él en el ring, alguien que llevara tan alto el nombre de nuestra ciudad. Nacido en Quequén como José Saro Giorgetti, todos lo recordamos como “Kid Tutara”, campeón argentino profesional de los pesos pesados y representante olímpico en los Juegos de Melbourne en 1956.
En sus comienzos en el amateurismo revolucionó el ambiente deportivo local con recordados combates frente a Carlos Gombault, que se trasformarían en verdaderos “clásicos” para los aficionados, siendo mojón una noche de octubre de 1952 cuando 1.500 personas asistieron al Club Defensores de Quequén, donde Tutara hacía de local, para presenciar una sensacional pelea que los jurados definieron en un empate.
Lejos parecen esos años donde el boxeador era ídolo por lo que valía y mostraba dentro del cuadrilátero. Hoy, estamos más acostumbrados al show mediático y la infinidad de cinturones y títulos con dudoso valor.
Primer “olímpico”
Tutara supo hacerse un nombre y trascendió las fronteras del distrito a fuerza de triunfos y espectáculos. En 1956 dio el gran salto: en el estadio de la Federación Argentina de Box y luego en el mismísimo Luna Park, ganó el selectivo nacional de la categoría pesado para representar al país en los Juegos Olímpicos de Melbourne.
Su experiencia olímpica, la primera para un deportista de nuestra ciudad, no colmó sus expectativas perdiendo en su primer combate ante el sudafricano Bekker tras un apresurado fallo arbitral que lo dejó afuera por KO técnico en el primer round. Hubo reclamos, pero no fueron oídos.
De todas maneras, esa valiosa experiencia fue otro paso en su destacada carrera, como para otros que estuvieron en esos Juegos. Ocho de los diez púgiles que viajaron alcanzarían el profesionalismo.
Debut profesional
En 1958, Tutara debutó en el campo rentado ganándole al veterano Mario Pérez por KO en el primer round en un combate celebrado en la ciudad de Mar del Plata. Luego llegarían victorias ante Juan Carlos Banegas, M. Díaz y S. Asus que le darían la chance de medirse con el campeón Rinaldo Ansaloni. En Mar del Plata, el 23 de enero de 1959, en un combate en el que no estaba en juego el cinturón de Ansaloni, Tutara vence al oriundo de San Pedro de manera categórica por KO técnico en el cuarto asalto dejando un valioso precedente para reclamar una pelea por el título argentino de los pesados.
Campeón argentino
Después de sumar más triunfos ante Díaz, Omar Kader y Roberto Del Blanco le llega por fin su oportunidad ante Ansaloni, ahora con el cinturón en juego.
El 27 de junio de 1959, en el Luna Park de Buenos Aires, Tutara se impuso por KO en el primer minuto del segundo round para darle un título argentino inédito a Quequén y a toda su gente.
A la hora de las defensas, el 14 de noviembre de 1959 le otorga la revancha a Ansaloni en un Luna Park vestido de gala que vería otra vez una actuación demoledora y un combate que se definió en el primer round.
Tras otro triunfo ante Ricardo González, llegaría el final de una seguidilla impresionante de triunfos con un traspié ante Pablo Miteff.
En 1960 se midió en una recordada pelea con Luis Angel Firpo, perdiendo por KO en la segunda vuelta.
El sábado 4 de agosto de 1962, en el estadio Bristol de Mar del Plata, Tutara fue desafiado por el título por el azuleño Gregorio “Goyo” Peralta, que lo había vencido en abril en el mismo escenario. Con récord de público y taquilla, el festival culmina con 12 rounds intensos y la victoria para el desafiante sobre Tutara, cambiando de poseedor la corona. El pesado de Quequén había sido campeón durante algo más de tres años.
Su recuerdo
Luego vinieron algunas victorias más, especialmente la obtenida en el Luna Park frente al peruano Roberto Dávila, en una de sus mejores actuaciones como profesional. También llenan los recuerdos de los amantes del boxeo local aquellos combates con Oscar “Ringo” Bonavena, entre ellas una en el estadio Bristol de Mar del Plata donde el quequenense dejó el ring tras haber acusado un golpe bajo. Fue revisado en los camarines y se constató la infracción. Ganó Giorgetti por descalificación en la octava vuelta.
Tras su retiro, Giorgetti continuó viviendo de manera sencilla y hasta los últimos días trabajó como chofer de taxi en la ciudad en la que siempre vivió, compartiendo su rica historia de vida con amigos u ocasionales pasajeros. Nos dejó un 18 de marzo de 2004, pero su recuerdo, sus hitos deportivos, lo siguen trayendo al presente como un símbolo del boxeo local y nuestro deporte, pero sobre todo se impone en la memoria de los que lo conocieron, su calidez de persona y su hombría de bien. El Círculo de Periodistas Deportivos de Necochea concretará otro merecido homenaje a su memoria, siendo uno de los momentos centrales de la 24° edición de la Gran Fiesta del Deporte, a realizarse el 14 de diciembre de este 2023.