MúSICA | 20 FEB 2023

ESTACION K2

Cosquín Rock 2023 fue una fiesta de contrastes, simbolismos y novedades

El festival despedió su 23ª edición con varios contrapuntos generacionales y artísticos, como el de Ciro y Dillom o Las Pelotas y Tiësto, lo que se reflejó en la gran amplitud del público que rockeó y bailó sin prejuicios. Fito Páez estremeció en el atardecer.




Después de estar 22 cosquines, cuando muchos de ustedes no habían nacido, lo logramos: cerramos el Cosquín Rock número 23″, lanzó Germán Daffunchio durante el cambiante show de Las Pelotas en el epílogo de esta nueva edición del festival.

La afirmación es cierta a medias: si bien la banda fue la encargada de cerrar el telón del escenario Norte con emociones repartidas y ante un público que mostró un evidente cruce generacional, la realidad es que las propuestas que le bajaron la persiana al CR 2023 tuvieron que ver mucho más con el baile y la apuesta a futuro, que con el peso de la historia del evento.

Por un lado, la electrónica amable y ganchera de Tiësto, el dee jay neerlandés que comenzó minutos después de la 1 un largo set en el que incluyó guiños para el público promedio, como una versión intervenida del hit de Bizarrap y Quevedo (”¿se viene el remix de Tiësto?” Se preguntó con picardía) y una impactante puesta de luces y visuales.

En escenarios secundarios, la fiestas Polenta (en el Boomerang) y Katana (en el Paraguay) le terminaban de poner un broche bien bailable al CR: eso sí, gran parte del público que había comenzado la aventura bien temprano, emigraba hacia la congestionada salida con los cuerpos cansados de tanto trajín.

Una vez más quedó claro: el Cosquín Rock no es para flojitos. Hay que estar con pilas para disfrutar calidad y cantidad.

ELIGE TU PROPIA AVENTURA

Apenas pasadas las 23 del domingo, se vivió una situación que es un fiel reflejo de la diversificación de propuestas y público que viene transitando el festival en sus últimas edición: un arranque a puro pogo con La Vela Puerca en el Norte; el pop refinado de Babasónicos en el Montaña (sin dudas le quedó chico ese espacio); el final de Dillom, el nuevo niño mimado del trap, en el Sur; una gran asistencia para ver una demorada pero sólida presentación de Lisandro Aristimuño en el Boomerang y un puñado de entusiastas delirando con El doctor en el Paraguay.

Lo de Babasónicos fue convocante y efectivo: comienzo electro (como para marcar la cancha), una muetsra de algunos temas de los más recientes Discutible (2018) y Trinchera (2022) para ofrecer la saludable novedad y el erotismo puro de clásicos como Los calientes y Deléctrico. Siempre rinden.

CONTRAPUNTO Y DIVERSIDAD

Además, un contrapunto generacional entre Andrés Ciro Martínez y Dillom también fue todo un símbolo de la 23ª edición, que tuvo una convocatoria total de 100 mil personas, según los organizadores.

En el escenario Norte, el exlíder de Los Piojos sacó a relucir su oficio en “el festival más alucinante del país”, tal como lo definió. Lo hizo con un show vibrante de rock que, sin embargo, tuvo un pasaje sedoso junto a la Orquesta Sinfónica de Villa María y un instante muy tierno al invitar a la niña Jóse para Canción de cuna.

En el Sur, en tanto, el niño terrible del trap & roll se instituía como la gran nueva cosa de la música joven argentina, ese inabarcable terreno estilístico en el que sólo un artista crossover puede mandar.

EL SHOW DE CIRO EN COSQUÍN ROCK 2023

En el resto de su ofrenda, Ciro alternó clásicos piojosos (Tan soloComo Alí) con temas de la etapa “persa”, e incluyó una mención seguida de agradecimiento a la Selección, mientras irrumpía la bandera argentina con las tres estrellas en las pantallas. Eso garantizó cántico de cancha.

También hubo lugar para un segmento intimista/ romántico en clave trovador tanguero, dedicado a una “pelirroja que me hizo sufrir” y que mostró versiones de Y quemas y Gris, ambos de diferentes épocas de Los Piojos. El remate fue con Te diría, ya con la banda sonando a pleno.

Hacia el final, Ciro planteó un divertido contrapunto con en el público a partir de anunciar que se venía “el último tema”. Fue entonces que hubo un guiño cumbiero/ futbolero y hasta un link con el Festival Nacional de Folklore. Esto último sucedió cuando interpretó una versión algo improvisada del clásico Juana Azurduy. Luego todo estalló con el enganchado El farolitoEl balnearioMuévelo.

Mientras tanto, en el escenario Montaña, Catalina García, cantante de la orquesta swing-tropical Monsieur Periné, invocaba la fuerza de las mujeres que alguna vez representó la mencionada Azurduy. En este caso, agradeció la lucha feminista del sur del continente que es un ejemplo para el resto. “En Colombia son una gran inspiración”, acotó antes de cantar Mi Libertad. La banda colombiana fue una grata inclusión en el festival.


Monsieur Periné, la banda cololmbiana encabezada por Catalina García fue una de las gratas sorpresas.   

CA7RIEL Y PACO, DELIRANTE Y SUBLIME

Si bien les tocó lidiar con ese mismo dilema que Las Pelotas, cerrar uno de los escenarios principales ante una audiencia ya algo cansada, Ca7riel y Paco Amoroso demostraron que lo suyo es cosa tan seria como deforme, en el sentido artístico de una categoría que supo imponer mejor que nadie en su momento Illya Kuryaki.

De la guitarra más rockera al trap con los graves más saturados, o de la música disco a la salsa y de la psicodelia electrónica o un momento guitarrero con ambos cantantes sentados en las escaleras. Todo puede pasar en un show de esta dupla genial.

A su hermosa locura musical hay que sumarle el gran trabajo conceptual y de las visuales, incluyendo el instante meme con fotos históricas intervenidas con las caras de los artistas, como la de Maradona y Fidel Castro con un Ca7riel risueño en el medio.

“¿Están preprados hijos de puta?”, arremetió en un pasaje el cantante y guitarrista, dueño de una energía desbordante, mientras Amoroso jugaba con gran mestría junto a los fans de las primeras filas. Habrá que ver si fuimos dignos de semejante arrebato.


Ca7riel y Paco Amoroso mostraron toda su energía ante un público un poco cansado que igualmente celebró cada ocurrencia. Uno de los momentos más altos de CR 2023 

LA SIESTA AGOBIANTE DEL ÚLTIMO DÍA DE COSQUÍN ROCK 2023

La jornada de clausura se desarrolló desde las tempranas horas de siesta y con un sol potente que, si bien hizo congestionar los puestos de hidratación, no amedrentó a los seguidores de El Vuelto, Jóvenes Pordioseros y de El Plan de la Mariposa.

A propósito de estos últimos: su show arrancó 15 minutos más tarde de previsto, por lo que tuvieron que acortarlo. Sus seguidores, que llegaron en gran número, protestaron un poco pero el cantante Sebastián Andersen salió a poner paños fríos. “Esto es así, es la dinámica de los festivales”, lanzó para calmas a sus fieras que bancaron a la banda bonaerense bajo el sol abrasador.

Ese mismo astro que le pegó de frente a Manu Martínez en el escenario Montaña, donde ofreció un set de folk canción con el respaldo de un grupito de seguidores propios y de algunos “piojosos”, que más tarde se trasladarían al Norte para ver a la banda de su padre, Ciro y Los Persas.

Como rasgo distintivo de esta edición queda que el sol se hizo sentir y mucho en ese nuevo espacio, que recién al atardecer (sábado con La Delio Valdez y anoche con Bandalos Chinos) brindó la postal deseada para artistas y público, aunque en determinadas horas obligó a buscar refugio en la sombrita de la carpa de sonido.

Mientras sonaba Cruzando el Charco en el Norte, Catriel Ciavarella, el baterista de Divididos, se paseaba y se sacaba fotos requeridas entre el público. Consultado acerca del corte abrupto en el show de su banda cerca de la medianoche del sábado, explicó que se debió a una decisión del staff propio. “Nos quedaba un tema de la lista, pero bueno, no pasa nada”, dijo con buena onda.

Volviendo al epílogo del día 1, Juanse tiró una frase polémica al comenzar su set de cierre en ese escenario: “Mejor tocar a esta hora que lavar los platos”, se le oyó al músico mientras varios (en el escenario y en el público) se miraban sin entender demasiado.

LLEGANDO EL ATARDECER

De regreso a la jornada de cierre, alrededor de las 18.30 del domingo sucedió algo curioso: Caras extrañas fue la única banda que sonó en todo el predio.

Fueron unos minutos de “exclusividad” para la nueva banda de Junior Lescano (excantante de La 25) hasta que arrancó el dúo español de rap Cráneo & Lasser (rimas picantes en el escenario Paraguay), El Zar en el Boomerang y el grupo platense Peces Raros con su singular propuesta de electrock y psicodelia, que comenzó con varios minutos de demora y algunos silbidos en el Montaña.

Arrancaron con Cicuta (que versionaron junto Trueno en una de las grandes colaboraciones de 2022) y el baile desprejuiciado se apoderó de ese espacio a la espera del atardecer.

LA PEREGRINACIÓN MASIVA PARA VER A FITO PÁEZ EN COSQUÍN ROCK

En ese momento del día, precisamente, comenzó una peregrinación masiva hacia el Sur. Fito Páez fue la razón de ese desplazamiento popular.

EL DEBUT DE VETUSTA MORLA EN COSQUÍN ROCK

Mucho antes de que el sol se perdiera en el oeste, la banda española Vetusta Morla debutó en Cosquín Rock ante una gran cantidad de gente en el escenario Sur.

El cantante Pucho, Juan Pedro Martín Almarza interactuó mucho con el púbico mientras discurrían las canciones del disco Cable a tierra. Y lo agitó de lleno cuando lanzó “A ver como ganadores del Mundial…”

“Vetusta la la la lá”, fue el grito de respaldo que consiguieron los Vetusta Morla, de parte de incondicionales como de curiosos que los veían por primera vez.

“Si hubiéramos sido argentinos, hubiéramos crecido con este festival tan icónico”, sumó Pucho, el frontman que lubrica con sus movimientos canciones rockeras con tintes electrónicos e intenciones cinematográficas (se identifican con bandas sonoras de filmes).

“Esperamos volver”, cerró el vocalista en plena sintonía con un público feliz aunque agobiado por un sol potente.

EL SHOW INCENDIARIO DE AIRBAG EN COSQUÍN ROCK

Airbag asomó por el Sur luego del show de Fito Páez y fue a shockear a la multitud sin demasiadas vueltas, lo que se corroboró con sus clásicos Noches de insomnio Cae el sol.

Esta última, de hecho, introducida por Patricio Sardelli a lo Slash, a través de un solo extendido en su guitarra de 12 cuerdas. Para El huracán, “Pato” y sus hermanos se pusieron carabelas en las cabezas e inflaron un Frankenstein gigante.

Los Airbag dieron cuenta de estar sueltos y sin presiones, por lo que le dieron lugar a ciertos movimientos humorísticos. Sucedió cuando “Pato” pasó al piano para hacer un meme de Bendita llamado Mi asadito fiu fiu e interpretó Beso a beso a modo de introducción de Mil nombres.

“Brindó por ustedes y por nosotros, por este hermoso país que lo hace la gente, no los políticos”, dijo el frontman en otro momento, y sobre un solo de guitarra que ejecutó con un vaso de fernet en la mano.

Como si eso fuera poco, Sardelli estremeció al soberano hasta la locura cuando le pidió a los suyos que lo acompañaran en Himno Nacional Argentino. Dado el clima mundialista general, el gesto caló hondo en la multitud.

Cosquín Rock 2023, día 1: un mundo de gente en el inicio de un festival maratónico

Cuando en el cierre del show de Divididos, poco antes de la medianoche del sábado, una importante cantidad de público inició la senda del regreso a casa (o al camping más cercano), uno de los objetivos de la edición 23 del Cosquín Rock comenzó a cumplirse.

Luego de que el trío liderado por Ricardo Mollo y Diego Arnedo repasara sus clásicos (desde El 38 a un doblete de lujo con Spaghetti del rock y Par mil, pasando por Paisano de Hurlingham o el cierre con Aladelta), y con conciertos de alto impacto como los de Usted Señalemelo, LP, Catupecu Machu o Trueno, entre varios más, buena parte de los asistentes al mayor festival rockero del país decidieron que era momento de recuperar energías para lo que queda por delante.

Y allí, uno de los saldos centrales de este Cosquín Rock: la distribución de algunos pesos pesados de su grilla en una amplia gama horaria dio sus frutos y regaló masividad en el predio desde temprano.

REYES DE LA TARDE

Enmarcado en una inesperada ola de frío que trajo clima otoñal en pleno febrero, el primer día de Cosquín Rock 2023 amaneció con una señal clara. Cielo limpio y contundente a la vista, apenas una cifra de grados centígrados de temperatura y un pronóstico que invitaba a abrigarse. Escenario ideal para más de 12 horas de música y experiencias varias en este rincón del Valle de Punilla que cada año recibe al festival con los brazos abiertos.

Durante la mañana, el sol calentó la expectativa, que hacia el mediodía ya se traducía en rutas colapsadas y miles de personas queriendo ingresar al predio desde temprano. Hacia las 15, la entrada al festival demandaba paciencia y un tiempo de espera no apto para ansiosos. A esa altura, el festival ya era una realidad que esperaba albergar a unas 50 mil personas en su jornada inicial.

La marea humana llegó al predio de Santa María de Punilla después de mucho trajinar y desde distintos puntos del país para disfrutar de una tarde/noche repleta de música y otras opciones.

Sin embargo el ingreso al lugar fue más sencillo y fluido que otras veces ya que los molinillos estaban casi dentro del predio. En menos de cinco minutos los espectadores eran recibidos por el escenario Paraguay para comenzar su jornada de festival. Pasadas las 16, Los hermanos Morgan hacían lo suyo en ese espacio alternativo creado hace pocas ediciones.

Casi en paralelo, en La Casita del Blues, hizo su debut en el festival Wayra Iglesias, hija de Tete, bajista de La Renga. El padre de la cantante que descolló en La voz Argentina se subió al escenario con su hija y fue acompañado por su hermano Tete en la batería.

Poco después, comenzó a palparse lo dicho al comienzo. La programación tempranera de números convocantes como Estelares o Guasones, más el esperado regreso de Usted Señalemelo, hicieron que mucho público se acercara antes al predio. Desde el punto de vista organizativo y artístico fue sin dudas un acierto que profundiza lo iniciado en años anteriores.

Entre las primeras bandas que se subieron a los diferentes escenarios resaltó la simbología de La Chancha Muda. Vestidos con remeras de los Rolling Stones y los Sex Pistols, esta banda de rock barrial logró que la gente desplegara sus banderas y comenzara el ritual de todos los años a puro rock.


La primera jornada del festival Cosquín Rock 2023 contó con la presencia de Estelares, Guasones, Alemán y Usted Señálemelo. (Javier Ferreyra / La Voz)

En ese mismo escenario, el Norte (el más afín con la historia “rolinga” del festival), se presentó luego Ojos Locos, que enfervorizó a ese mismo público ávido de agitar insignias con temas como Mirás sin verRosa china amarilla o Ahora y todo. En paralelo, la banda mejicana DLD hacía lo propio en el escenario Sur agradeciendo la invitación y asegurando, con su tema Mi vida, que “todos vinimos acá para algo, con propósito”.

Llegó luego el turno de Estelares, quienes subieron al escenario Montaña apenas pasadas las 17 para abrir su programación. No obstante, a esa altura había muchísima gente bajo el sol de las sierras esperando por ellos. Tocaron temas como Una temporada en el amorRimbaud Alas rotas.

Minutos más tarde, Guasones salió al escenario Norte envuelto en una ovación. Ataviado con lentes de sol, Facundo Soto cantó temas como Pobre tipo Down, en el que el pogo fue total. Luego sonaron 100 añosTan distintosComo un lobo y Reyes de la noche, que anticipó el final con Gracias. Poco antes, del otro lado del predio Estelares concluyó su show con El corazón sobre todo.

UN REGRESO ESPERADO

Usted Señalemelo volvió luego de cuatro años al festival y luego de un largo impasse entre sus miembros que culminó a finales de 2022. En sintonía con ese reencuentro, la banda abrió su show en el escenario Montaña justamente con su tema Nuevo comienzo, lanzado en octubre tras casi tres años de silencio.

El trío mendocino, completado con tres músicos más, dejó buenas sensaciones en un concierto que tuvo mucho de puesta al día y de anticipo de lo que vendrá.


La primera jornada del festival Cosquín Rock 2023 contó con la presencia de Estelares, Guasones, Alemán
y Usted Señálemelo. (Javier Ferreyra / La Voz)

“Volvimos sin habernos ido”, dijo Juan Mango al promediar el set en el escenario ubicado en el sector más alto del predio. De inmediato, cuando sonó Laser 420, la banda se candidateó naturalmente para recibir el título de nueva aplanadora del rock. Le siguieron Agüetas Big Bang, un gran final que en Cosquín reverberó aún más su espíritu ricotero.

Cuando terminó el show y la banda salió a saludar, el cantante de Usted estaba tan emocionado que le dedicó el show a Azul, su hijo junto a Vera Spinetta y se bajó al público mientras sonaba Agua marfil y la gente cantaba.

CLÁSICOS DE LARGA DATA Y OTROS MÁS RECIENTES

Mientras en la multitud flameaban varias banderas uruguayas, los No Te Va Gustar subieron al escenario para tocar temas como Al vacío A las nueve. Antes de que sonara No te imaginás, el cantante Emiliano Brancciari agitó a la multitud con una frase mágica: “¡Buenas tardes, campeones del mundo!”. Fue el puntapié formal de una seguidilla de clásicos y canciones de Luz, su más reciente disco, que ubicó a la banda entre los conciertos más convocantes del sábado.

En paralelo, en el escenario Sur, Conociendo Rusia tocaba canciones como Tu encanto o Puede ser y las parejas sentadas en el suelo se daban besos con el sol cayendo de fondo. Muchos se apuraban para llegar a tiempo y poder ver lo que seguía de la banda de Mateo Sujatovich: A la vez.

Para cuando sonó Cabildo y Juramento ocurrió la magia: el cantante dejó que el público coreara la canción de amor. Luego llegó Loco en el desierto, la canción inició el viaje mágico y misterioso de Conociendo Rusia hasta convertirse en uno de los artistas rockeros más populares del país.


Primera jornada del Festival Cosquín Rock 2023. (Javier Ferreyra / La Voz)

Al iniciarse el recital de La Delio Valdez, otra de las corridas colectivas que suelen verse en Cosquín se precipitó hacia el escenario Montaña, con gente apurada desde todas las direcciones y un combustible común: ganas de bailar cumbia.

La orquestal banda enlazó Negra, ron y velas con La cancioncita y no hubo un cuerpo que no goce el ritmo tropical que propone el grupo con coreografías improvisadas entre el público. Cuando salió a escena Ivonne Guzmán, se adueñó de la tarde que comenzaba a ponerse fría. El baile fue una buena forma de entrar en calor con temas como Amnesia total Danza del Uco. No obstante, y como era de esperar, el punto más alto llegó con Inocente. Allí la fiesta fue superlativa.

En otra parte del predio, Lila Downs llegó al escenario Paraguay pasadas las 20 con su Dignificada, en honor a las mujeres que luchan y a los desaparecidos. Siguió con La cucaracha, ritmo que hizo bailar a los espectadores que se llegaron a ver a la oaxaqueña y escuchar sus reivindicaciones. “Hemos tocado y pensado canciones para la gente que se mueve de un lado para el otro”, dijo Downs para dar lugar a Cladestino, de Manu Chao. El público agitó después coreando “olé, olé, olá, Lilá, Lilá”.

A ROCKERAR MIAMOR

Skay Beilinson arrancó con un compilado ricotero de la mano de El pibe de los astilleros Nuestro amo juega al esclavo y al grito de: “¡Buenas noches Cosquín!”.

Le siguió el tema Aves migratorias, del disco ¿Dónde vas?, y siguieron canciones como Somos la humanidadTal vez mañana y Yo soy la máquina. Sobre el final volvió el espíritu de los Redondos con Criminal Mambo, Todo un palo y Jijiji. No hubo mucho más para agregar mientras el público decidía entre esperar por Divididos o aventurarse a algún otro escenario o parte del predio

En paralelo Skay, a la misma hora de su show pero en La Casita del Blues, la rompía Déborah Dixon, corista del Indio Solari que actuó frente a un público mayormente sentado. Buena coincidencia.


Primera jornada del Festival Cosquín Rock 2023. (Javier Ferreyra / La Voz)

La cuota internacional que aportó LP tuvo una puesta a la altura, visuales impresionante y sonido majestuoso.

Everybody’s falling in Love o One last time fueron puntos fuertes, que la artista estadounidense tocó con el ukelele. Luego llegó Strange, el público coreó el estribillo y le arrojaron una bandera argentina que colgó en el micrófono mientras cerraba la canción.

Más adelante, la neoyorquina lanzó un insulto elogioso a Argentina por la Copa del Mundo y se metió definitivamente al público en el bolsillo. No se cansó de repetir: “Muchas gracias, Argentina”.

TRUENO, COMO UN RAYO, Y JUSTICIA POÉTICA PARA CATUPECU

Entrada la noche, muchos rockeros optaron por moverlas manos como raperos durante uno de los momentos más esperados de esta primera jornada. El show fue el elegido para compartir entre padres e hijos, con dos generaciones unidas por la música y por el carisma que proyecta el artista de La Boca.

Se trató de un show bien “al palo” en el que se dio el gusto de compartir GPS con Alemán, MC mejicano que había estado en el mismo escenario algunas horas antes. Gran momento.

Pero claro, todavía faltaba mucho, muchísimo más. A esa altura, las largas caminatas que exige el predio ya habían comenzado a pasar factura y en los distintos sectores gastronómicos comprar algo parecía una puerta abierta a la frustración de, no una, sino dos filas (para comprar ticket y para retirar).

Mientras Divididos hacía de las suyas en el escenario Norte (Mollo le dedicó la chacarera Huelga de amores al pueblo comenchingón), en el Montaña Catupecu Machu demostró por qué tiene un lugar especial en la historia del festival.

El reunido grupo de Fernando Ruiz Díaz tuvo invitados (Juan Ingaramo y Usted Señalemelo), tocó con dos bateristas (incluido Abril Sosa) y recordó al fallecido Gabriel Ruiz Díaz en Plan B. Su hermano, además, dejó otra de sus habituales frases festivaleras: “Hasta la montaña siempre”.


Fernando Ruiz Díaz, un sobreviviente junto a la nueva encarnación de Catupecu Machu (Javier Ferreyra/La Voz).

UNA PILA DE VIDA

El tramo final del sábado tuvo uno de sus mayores picos de alegría con la actuación de Turf en el escenario Sur, y en pleno horario nocturno central. El carismático Joaquín Levinton aguantó solamente tres canciones entre sus compañeros y se plantó en la pasarela del escenario para arengar y despertar a su público.

Luego de Cuatro personalidadesNo se llama amor y Casanova, llegó Crónica TV con memes alusivos en pantalla. Y como condimento especial, Santiago Motorizado se sumó a Loco un poco (miles de celulares filmaron “magia blanca”) y Emiliano Brancciari hizo lo propio para Pasos al costado. El final, o la frutilla del postre, llegó con Yo no me quiero casar, ¿y usted?.

La canción, una de esas que canta y baila todo el mundo, hizo estallar el escenario Sur y coronó una gran actuación del siempre histriónico grupo. También, desde la palabra, hubo lugar para el recuerdo del exlíder de Viejas Locas e Intoxicados: “Aguante Cristian Álvarez”


Joaquín Levinton, «frontman» histriónico que sabe endulzar a las masas. (Javier Ferreyra/La Voz).

Cuando Juanse subió al escenario Norte minutos antes de lo pactado, el predio ya lucía mucho menos congestionado. El líder de los Ratones Paranoicos se presentó con su proyecto solista, en el cual sobrevive uno de sus mayores laderos, el bajista Pablo Memi.

10 minutos antes de lo previsto, y mientras el pulso electrónico tomaba por asalto el escenario Montaña, el cantante y guitarrista salió a escena con una camiseta argentina y un tapado negro que asimilaba la figura del vampiro que tanto nombra en una de sus canciones. El show tuvo de todo, incluyendo al propio Juanse subido a las estructuras de sonido. Todo un clásico a nivel personal.


Juanse tuvo invitados, hizo de las suyas y tocó con una camiseta de la selección. (Javier Ferreyra/La Voz).

Pero no fue una actuación más para el músico, que decidió invitar a Ale Kurz, de El Bordo (Enlace); Junior, ex-La 25 (hoy Caras Extrañas, que se sumó en Ya morí); Mateo Sujatovich (que terminó soleando en la guitarra La nave) y a dos referentes del rock en Argentina: Celeste Carballo y León Gieco. La cantante mostró su vigencia se sumó y Sucia estrella y Ruta 66. Gieco, a su turno, compartió dos joyas de su archivo personal: El fantasma de Canterville y Pensar en nada.

Fue, probablemente, el punto culmine de una noche que empezó bien temprano y tenía todavía resto para más. A esa altura, cuando Juan Ingaramo también cerraba un show ecléctico que probablemente hubiera funcionado mejor en otro horario, era el turno de los DJs y de más nombres internacionales. Desde sus cabinas, Enrico Sangiuliano y Charlotte De Witte eran los encargados de bajarle el telón a una edición de Cosquín Rock que comenzó con varias postales para el recuerdo. Mejor, (casi) imposible.